Discurso sobre la despedida de la graduación
Discurso sobre la
despedida de la graduación
Nuestro camino acaba de empezar
Con gran alegría nos presentamos hoy aquí.
Hoy somos personas completamente diferentes,
pero con una historia común. Hemos triunfado, pero no siempre ha sido así.
Cuando ingresamos en esta escuela, fue, sobre todo, una fase de adaptación.
Adaptación a una escuela más grande, a nuevos compañeros, nuevas materias y
profesores exigentes. Pero con la ayuda de todos los que estamos aquí, nuestra
familia, nuestros maestros, nuestros amigos, superamos estos desafíos cada
días.
Hemos aprendido, entre otras cosas, que la
puntualidad y la asiduidad son importantes, que las normas deben ser
respetadas, que debemos ser solidarios unos con otros, que debemos ser firmes y
hacer escuchar nuestra voz, que no vamos a ninguna parte sin esfuerzo, que lo
que conseguimos hoy en día es sólo una pequeña parte de lo que todavía podemos
conseguir.
Nuestro viaje ha sido largo y difícil. Pero
logramos llegar hasta aquí y esto es fruto de nuestro esfuerzo. Por lo tanto,
recordemos siempre en nosotros vive la fuerza de voluntad y la persistencia que
nos ha traído hasta aquí.
Hoy nos despedimos, con la certeza de haber
cumplido con nuestro deber. Pero pronto, no sólo extrañaremos las aulas, sino
también los pasillos, las canchas y cada rincón de la escuela que de alguna
manera nos hizo felices.
Pasamos de ser estudiantes que iban a la escuela
porque alguien los envió, a ser estudiantes que iban a la escuela en busca de
un futuro prometedor.
No nos queda nada más que dar las gracias.
Nuestro agradecimiento a nuestros padres: porque
son los pilares de nuestras vidas. Nuestra primera insistencia en asistir a la
escuela y nuestra motivación de todos los días. Gracias por cuidarnos en todo
momento. Creemos que sabemos mucho, pero aún no hemos aprendido nada que pueda
reemplazar una simple palabra de su parte.
A los padres ausentes: nuestro homenaje a los
que se fueron, padres, madres, hermanos, parientes, dejando el recuerdo de su
presencia. Que dondequiera que estén se sientan orgullosos de los grandes pasos
que hemos dado y que daremos.
A los amigos y colegas: al principio, unidos
sólo por un objetivo común. Con el paso del tiempo llegaron los compromisos,
las amistades, las diferencias, pero supimos convivir y respetarnos.
Señores, nos esperan muchos retos. Todavía nos
queda mucho por hacer. Y este es el momento de celebrar juntos nuestro primer
logro, que abre la puerta a nuestra nueva e importante etapa de la vida.
A los
maestros: que todos estos años nos han transmitido enseñanzas, no sólo
didácticas sino también de la vida cotidiana. Que supieron darnos las bases
para prosperar en nuestros caminos, y las sanciones necesarias para nuestras
acciones.
Teníamos en ti no sólo maestros, sino también
amigos.
Ahora, con la esperanza de un gran éxito,
continuamos en esta nueva etapa de nuestras vidas, porque nuestro viaje no ha
hecho más que empezar.
Adiós a todos, y adiós a nuestro colegio, un adiós, que nos abre las
puertas, de la vida universitaria, y de un futuro prometedor para todos
nosotros. Deseo también, que, dentro de mucho tiempo, vuelvan la vista
atrás, y se acuerden de aquellas palabras, pronunciadas en la graduación de
aquel curso de tercero de bachiller. Y si esto sirve, para sacarles una sonrisa,
y para que se sientan orgullosos, de lo que han sido y de lo que serán, este
discurso de hoy, habrá merecido la pena.
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